Supongo yo que entre los festejos de fin de año y el consabido resquemor de la "cuesta de enero" se mermaron las capacidades económicas que sustentaran el apoyo de los rudísimos de siete suelas, quienes para su desfortuna (Y la mía) vieron palidecer a las verdaderas estrellas del CMLL ante unos técnicos que supieron aprovechar sus oportunidades.
Mi mujer estaba feliz de ver que sus favoritos Rush (En combinación con Diamante y Ángel de Oro ganaran la lucha semifinal); y Toscano (En compañía del rey de la simpatía Rotoporky y el Seminarista de los ojos blancos, Místico se alzaban triunfantes ante los invasores) Levantaban sus brazos como vencedores y lucían su musculatura.
Yo más discreto observaba cada inicio d elucha y las veces que le tocó salir a anunciar la caída, miré cada atuendo y noté de inmediato cómo se destaca no sólo por su belleza incomparable o su porte, sino porque tiene una presencia magnética en verdad. Nuestra única y auténtica reina de la lucha libre, la hermosísima, simpática, guapa y escultural Carolina Rodríguez.
Chequen la foto de archivo del CMLL
No dejé de admirarle desde la gracia para caminar, hasta la maravillosa cabellera. Caro, por mucho te distingues de las demás
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